Veamos algunos elementos que coadyuvan a conocer mejor la política
exterior de la República Popular China (RPCh):
Los sustentos del
comportamiento chino en el escenario internacional se basan en una
opinión independiente respecto de los problemas internacionales.
Su
objetivo diplomático radica en defender la paz mundial y crear un
ambiente pacífico que le permita su desarrollo. Se opone a la hegemonía
de un país o alianza de países y a la aplicación de acciones de fuerza.
Su política exterior se propone desarrollar relaciones con todos los
países independientemente de cuál sea la orientación ideológica de su
gobierno o el sistema social imperante. Prioriza las relaciones con los
países en vías de desarrollo y con sus vecinos, lo cual constituye la
piedra angular de su quehacer en el ámbito exterior. El fin primordial
de sus relaciones internacionales es construir un nuevo orden
económico-político internacional.
La política exterior de China
está sustentada en los cinco principios de coexistencia pacífica que
regulan sus relaciones con otros países. Son ellos: respeto mutuo a la
soberanía y la integridad territorial, no agresión, no intervención en
los asuntos internos, igualdad y beneficio recíproco y coexistencia
pacífica.
Aquí se comienzan a marcar algunas diferencias
respecto de la política exterior de Estados Unidos. Consecuente con los
principios enunciados, la República Popular China ha desarrollado su
potencial militar con carácter estrictamente defensivo. No posee bases
militares en el extranjero, salvo pequeñas estaciones de control y
protección de la ruta marítima que deben seguir sus buques petroleros
desde el Golfo Pérsico hasta su territorio. Desde el año 1979 cuando
China invadió Vietnam durante dos meses, soldados de este país no han
salido de su territorio para hacer la guerra en otra nación. Desde 1949,
además de esta ocasión, solo durante la guerra de Corea, el ejército
chino ha realizado operaciones bélicas fuera de sus fronteras. En ambos
casos, al finalizar las guerras, todo el contingente militar chino
regresó a su territorio.
Así, el énfasis de la política exterior
de la RPCh se ha puesto en la cooperación en materia económica,
financiera y tecnológica y en la diversificación de sus relaciones. En
ese sentido, China basa su crecimiento económico en dos motores: la
exportación y la inversión.
Particular importancia ha tenido el
manejo de sus vínculos con otros centros de poder mundial. La apertura
que inició Deng Xiaoping fue continuada por los presidentes Jiang Zemin,
Hu Jintao hasta el actual mandatario Xi Jinping. Según éste "China es
un león dormido. Hoy, el león se ha despertado. "Pero es agradable,
pacífico y civilizado" y añadió que "China no creará problemas, pero
tampoco tiene miedo a los problemas".
En una reciente visita a
Alemania a finales del mes de marzo pasado, el presidente chino fue
extremadamente cuidadoso al referirse al tema de Crimea. Explicó que
como es tradicional en la política exterior china, su país no tiene que
elegir ningún bando respecto de este conflicto. Sin embargo, durante un
discurso en el Colegio de Europa en Bruselas, al referirse al tema, Xi
dijo que " Para cualquier país en el mundo, el pasado siempre es la
clave para el presente y el presente siempre está enraizado en el
pasado. Sólo cuando sabemos de dónde ha venido un país, podríamos
posiblemente entender por qué ese país es lo que es hoy, y sólo entonces
podríamos darnos cuenta en qué dirección se dirige".
Wang
Yiwei, director del Instituto de Relaciones Internacionales y profesor
de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin de
China explicando las diferencias entre el comportamiento ruso y el de su
país en materia internacional expone que China creció mirándose hacia
adentro y valorando la riqueza de su cultura, a diferencia de Rusia que
creció permanentemente más allá de sus fronteras originales.
Con
respecto a Europa el reciente viaje del presidente chino a esa región
marcó una nueva etapa en las relaciones con la Unión Europea. Dicho
encuentro presentó tres oportunidades estratégicas para ambos. En primer
lugar permitió dar continuidad y profundizar la reforma de China,
Además, fue una posibilidad de desarrollo de los vínculos bilaterales y
finalmente consintió fortalecer la cooperación internacional en materia
de paz y seguridad. Al respecto Xi dijo que "Los sensatos buscan el
terreno común, mientras que los insensatos se aferran a las
diferencias". Sobre el mismo tema, el Doctor Wang opinó que “China y
Europa deben respetarse mutuamente, tratarse como iguales, buscar
terreno común poniendo de lado las diferencias y mantener la cooperación
de beneficio mutuo. Al hacer todo esto, promoveremos nuestro diálogo y
compromiso, maximizaremos los intereses comunes, compartiremos
oportunidades y haremos frente a los retos de manera conjunta”.
Al
participar en la III Cumbre de Seguridad Nuclear que se celebró en La
Haya del 24 al 25 de marzo de 2014 el presidente chino quiso dar prueba
del compromiso de su país para mejorar la seguridad universal. Fue
también una manifestación de la importancia que el gobierno chino
concede a la seguridad nuclear y a la seguridad internacional en su
conjunto. El país asiático se ha propuesto elevar su perfil de seguridad
nuclear entendiendo su creciente fuerza nacional e influencia
internacional sobre los principales temas de la agenda, sabiendo que
éste es uno de los más trascendentales.
En otro ámbito, el
mandatario chino ha establecido ciertos parámetros que fundamentan el
comportamiento internacional de la potencia asiática. En ese sentido, ha
recalcado la diversidad de las civilizaciones que componen el espectro
planetario y ha destacado la necesidad de “ los intercambios y el
aprendizaje mutuo entre civilizaciones". Según Xi, estos no deben
construirse sobre el elogio o el menosprecio exclusivos de una
civilización en particular. Enfatizó que las civilizaciones son iguales y
todas tienen fortalezas y defectos, pero ninguna debe ser considerada
superior a otra.
En un discurso pronunciado en la sede de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (Unesco) en París, a finales de marzo el presidente chino
desmontó la hipótesis occidental esbozada por el historiador británico
Arnold J.Toynbee, y desarrollada por el politólogo estadounidense Samuel
Huntington quien en 1993 imaginó una idea de futuro basada en el choque
de civilizaciones como escenario de conflicto más probable para el
siglo XXI. Xi expuso que el elemento central de las relaciones entre
civilizaciones debe ser la inclusividad basada en el intercambio y el
aprendizaje mutuo.
Dijo que "Si todas las civilizaciones pueden defender
la inclusividad, el llamado 'choque de civilizaciones' quedará
descartado y la armonía de las civilizaciones se convertirá en
realidad".
En su primer año de gobierno el presidente chino ha
trazado el rumbo de lo que será su gestión encaminada a proyectar la
“política exterior como la locomotora de su ´Sueño Chino` o
rejuvenecimiento nacional, que pretende mejorar la calidad de vida de la
gente, la prosperidad general, construir una sociedad mejor y
fortalecer las fuerzas armadas” como lo señala Swaran Singh profesor de
Diplomacia y Desarme en la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi.
En
este marco, la visita de Wang Yi Canciller de la RPCH a América Latina
se inscribe en el objetivo de fortalecer las relaciones de su país con
la región. La misma se propone vigorizar los intercambios de alto nivel e
impulsar la cooperación. Según estadísticas del Ministerio de Comercio
de China sus inversiones en América Latina subieron de 200 millones de
dólares en 1975 a más de 100 mil millones en 2010. Así mismo, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (CEPALC)
estima que en unos 5 años China desplazará a la Unión Europea como
segundo socio comercial de América Latina. Del 7,6% del total de ventas a
la región en 2009, pasará a 19,3% en 2020.
Tal vez a eso se
refirió el presidente Xi cuando en París -al pensar en la necesidad del
intercambio y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones- expuso que lo
que su país busca es “el Sueño Chino” que según él, “puede lograrse a
través del desarrollo equilibrado y el refuerzo mutuo del progreso
material y cultural", por lo que "el pueblo chino alentará cambios
creativos y un desarrollo innovador de la civilización china de
conformidad con el progreso de la época".
Fuente: http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/por-sergio-rodriguez-gelfenstein-china-una-politica-exterior-para-el-siglo-xxi
No hay comentarios:
Publicar un comentario