Lao zi, Tao te king
El Maestro dice:
"La magia del Elixir de Vida se sirve del obrar consciente al no-obrar inconsciente. El obrar consciente consiste en poner la Luz en curso circular mediante la reflexión, para que se haga manifiesta la liberación del Cielo. Si nace entonces la verdadera simiente, y se aplica el método correcto para fundirla y mezclarla y crear así el Elixir de Vida, entonces pasa uno a través del desfiladero; se forma el embrión, que debe ser desarrollado mediante el Trabajo de calentar, nutrir, bañar y lavar. Eso pasa al campo del no-obrar inconsciente. Todo un año de ese periodo de fuego es necesario antes de que nazca el embrión, se deshaga de la cáscara y pase del mundo común al santo.
Este método es enteramente simple y fácil. Pero hay en él tantos estados mutantes y cambiantes que se dice: No se puede llegar ahí de repente de un salto. Quien busca la vida eterna debe buscar el lugar donde surge originalmente la esencia de la vida."
El secreto de la Flor de Oro
El texto que presento en esta ocasión es el ensayo titulado: Ciencia, Magia y Mística del cuerpo, de
Kristofer Shipper. Lo he extraído directamente del número triple sobre
taoísmo y arte chino de la revista ya hace tiempo desaparecida EL
PASEANTE. Esta fue una revista trimestral que publicó 28 números entre
los años 1986 y 1995 Editorial Siruela. Las imágenes que lo acompañan,
así como los textos con los que da comienzo y termina esta entrada no
aparecen en esa edición, siendo seleccionados por Fragmentalia con la
finalidad de ilustrar el interesante trabajo en esta versión digital.
Las
prácticas taoístas se basan en dos conceptos cosmológicos: el Tao
(Camino, Curso) es el principio único que regula las fuerzas
complementarias Yin (principio femenino, sombra, luna, etc.) y Yang
(principio masculino, luz, sol, etc.). El destino de toda criatura está
determinado por ellas: la noche sucede al día, la luz tiene su sombra,
la vida lleva a la muerte, etc. Superar la polaridad de ambos principios
y armonizarlos en la absoluta y eterna unidad del Camino es el objetivo
de los taoístas. El gran sinólogo francés Marcel Granet demostró que
estos conceptos no eran meras especulaciones. En la antigua China, la
unión del Yin y el Yang se representaba por medio de danzas y juegos
entre jóvenes núbiles de ambos sexos. Estas ceremonias tenían lugar en
primavera, en lugares sagrados.
En
ellas se desarrollaban ritos sexuales: las uniones surgidas en
primavera acababan en boda tras la cosecha, en otoño. Las canciones que
acompañaban estas danzas y concursos se encuentran entre los textos más
antiguos que se conservan en China. Incluso hoy en día se siguen
practicando estos rituales en ciertos lugares de la China meridional y
del sureste asiático. En ocasiones, las mismas canciones han sido
transmitidas por tradición oral. Esto
demuestra el caracter fundamental de ciertas prácticas y conceptos
relacionados con este tema. La sexualidad, lejos de haber sido relegada a
un ámbito clandestino y apócrifo, resulta ser el eje de ideas y
actividades. Lo mismo ocurre con la religión. Existen muy pocos escritos
taoístas en los que no se mencione de alguna manera la unión del Yin y
el Yang. Este tema
básico de traduce de múltiples formas, ya que la unión de elementos
antitéticos también puede realizarse a través de métodos místicos,
alquímicos o espirituales. A pesar de la inmutabilidad del Tao, los
caminos para alcanzar son numerosos y heterogéneos. Todos ellos implican
prácticas y técnicas fisiológicas características del taoísmo y de la
búsqueda de la inmortalidad. Estas técnidas incluyen prácticas sexuales.
Los manuales más antiguos de métodos sexuales taoístas datan del
período Han (206 a,c.- 220 d. c.). A pesar de su larga historia, estas
prácticas no son bien conocidas en China, fuera de los círculos
taoístas. Desde la Edad Media, el puritanismo confucianista y el
ascetismo budista consiguieron mantener una conspiración de silencio
sobre el tema de las técnicas y costumbres sexuales, situación que se
vio exarcebada por la mogigatería de los europeos. A pesar de ello, el
taoísmo mantuvo su creencia de que la práctica sexual continuada era un
requisito primordial para la búsqueda de la longevidad y la
inmortalidad. Según Ge Hong, patriarca y filósofo taoísta del siglo IV,
"nadie podrá llegar a la longevidad, si ignora el Arte de la Alcoba".Esos
preceptos incluían técnicas elementales y, principálmente, cuestiones
de higiene y medicina sexual con el objeto de contrarrestar los efectos
de las irregularidades de salud y no perjudicarse con la actividad
sexual. Se trata de promover la feliz unión del Yin y del Yang. Pero
el verdeadero taoísmo no se quedaba ahí. Más bien al contrario,
intentaba trascender la fatal dualidad y hacer que el ser humano fuera
capaz de rehuir las leyes de la existencia. Para este fin, se
experimentaba con esotéricas y heterodoxas prácticas. Desde un punto de
vista cosmológico, los principios del universo son inherentes al macro y
microcosmos. Yin y Yang, como otros elementos del universo, están
presentes en el microcosmos del cuerpo humano, que los taoístas
consideraban por encima de todas las cosas. El preservarlo implica
llegar a la perfecta armonía entre el cuerpo y la naturaleza (el
macrocosmos). Esta condición primordial es la que inspira El Arte de la Alcoba.
El hombre no puede vivir sin la mujer, como el cielo no puede separarse
de la tierra. Ésa es la doctrina de los antiguos manuales. La unión es
un acto espontáneo (zi ran), y la espontaneidad, una parte
importante de la filosofía taoísta. Se podría resumir, por así decirlo,
en la exclamación lanzada por una de las concubinas favoritas del
Emperador Amarillo, al descubrir estos métodos: "Llegar a la longevidad sin luchar contra los deseos naturales, ¡Qué placer!".La
abstinencia, así como el exceso, conducen a la muerte del cuerpo. El
acto sexual es necesario, pero también peligroso. Por lo tanto, uno debe
conocer las técnicas apropiadas. No obstante, el conocimiento del
cuerpo es sólo una condición preliminar, un primer paso hacia el
mantenimiento de tan excelente salud. El objetivo es trascender el mundo
material y, para ello, reemplazar el cuerpo por una sustancia sutil e
inmortal que no es sino Yang puro. Por lo tanto, se debe cultivar el
Yang, elemento contrario al Yin, de naturaleza terrena. En lugar de
aceptar el destino sin cuestionárselo, el hombre debe nutrir su
princìpio vital añadíéndole el de otros. Tras el aparente placer de la
cama, se esconde una implacable guerra entre los sexos. Si un hombre
carece de prudencia y se deja dominar por la lascivia, permite que sus
fuerzas vitales se escapen y se deja, por lo tanto, vencer por su
adversaria. Hombres y mujeres disponen de las mismas fuerzas para esa
batalla, cada uno con sus ventajas. Al ser el cuerpo un microcosmos, Yin
y Yang se encuentran distribuidos por los diferentes órganos, sin
distinción de sexo. Naturalmente,
el elemento Yang es más abundante en el hombre. Pero, como la hembra
adopta una posición pasiva frente al macho, tiene la ventaja de poseer
el poder de lo débil que, según ls teorías taoístas, acaba siempre por
vencer a lo fuerte. Los
procedimientos para nutrir el Yang a expensas del Yin, a través de la
unión sexual, se basan en lo que se denomina "Alquimia interna". Se
trata de una magia
fisiológica y, en ocasiones, también de magia negra. El puritanismo
rechazaba estas prácticas. Resultaba inmoral la explotación de jóvenes
virgenes para extraerles la sabia de su juventud. Asímismo, las mujeres
que se nutrían de la energía vital del hombre se convirtieron en
vampiros, en la tradición popular: eran zorras o diablesas que, tras un
aspecto de hermosa fémina, seducían al hombre para robarle su esencia.
Otra razón por la que estas prácticas fueron rechazadas fue su evidente
ineficacia. Al igual que la alquimia, la medicina, la gimnasia u otras
actividades físicas, estas prácticas, a pesar de su prestigio
tradicional, no pudieron resistir la emancipación del pensamiento chino
(y, en eso, el budismo tuvo bastante responsabilidad). Tras la Edad
Media, muchos de estos procedimientos fueron alzados a un nivel
espiritual, como parte de la liturgía o de las disciplinas mentales de
meditación. El hombre estaba creado a la imagen del universo y, dado que
el cuerpo es un mundo en sí, ¿por qué no intentar la perfecta unión de
las fuerzas antitéticas dentro del propio cuerpo? ¿Para qué buscar la
salvación en otros cuerpos y no en el de uno mismo? Este razonamiento
profundamente taoísta se encuentra en la base de prácticas que pueden
ser descritas, en general, como meditación extática de naturaleza
erótica. La importancia otorgada a estas prácticas desde esa época es
evidente, si uno se molesta en consultar los cientos de libros de poesía
taoísta inspirados en ellas. Compuestos en términos alegóricos, en
ocasiones oscuros e ininteligibles para los no iniciados, estos poemas
son practicamente desconocidos fuera de los círculos taoístas.
LA CIENCIA DEL CUERPO
Los manuales sobre el Arte de la Alcoba
han sido considerados como originarios de la Antigüedad clásica pero,
en realidad, aparecieron mucho más tarde, alrededor de la era cristiana.
El imperio Han fue testigo del florecimiento de las ciencias en China:
medicina, farmacia, matemáticas etc.
El Arte de la Alcoba pasó
de formar parte de los manuales de higiene sexual a encontrarse entre
la medicina y las prácticas pseudocientíficas taoístas, encaminadas a
prolongar la vida y llegar a la inmortalidad. El capítulo bibliográfico
de la "Historia de los Han" (primer catálogo de libros chinos) menciona
ocho escritos sobre el tema, casi todos atribuidos a emperadores de la
Antigüedad o sus ministros. Estos textos desaparecieron y sólo quedan
algunos fragmentos. Se trata de recetas de sentido común expresadas en
un lenguaje ingenuo e incluso bastante crudo. El objetivo es la
obtención del máximo placer mutuo y que éste dure el mayor tiempo posible para garantizar una larga vida. El caracter Shuan xi, símbolo
de deseo (y de felicidad compartida) (N. de la T.) en el arte popular,
traduce bien esta idea. Es un ideograma formado con dos caracteres Xi (felicidad) juntos, de manera que evocan el caracter Shou (longevidad). Dos caracteres que significan placer, colocados juntos, al igual a longevidad. El caracter Shuang xi se escribe en color rojo con ocasión de las bodas, reflejando la idea del Arte de la Alcoba: hacer el amor es un acto solemne, una placentera necesidad. Uno de los primeros nanuales dice:
El Emperador amarillo (emperador mítico de los orígenes de la civilización china) preguntó
a la muchacha Simplicidad: "Si decidiera no yacer con mujeres durante
un largo periodo, ¿que efecto tendría mi decisión?" La muchacha
Simplicidad contestó: "Nefasto . El Cielo y la Tierra se mueven,
alternativamente, sin cesar. Yin y Yang fluyen y actúan uno sobre otro.
El hombre debe imitarlos y seguir el orden de la naturaleza. Si decides
no copular, tus fuerzas vitales se estancarán y Yin y Yang se verán
fustrados". "Si no usas tu Tallo de Jade (pene), el sexo muere... por
esa razón debe ser continuamente ejercitado."
El sexo es, pues, indispensable al hombre, pero éste debe saber cómo comportarse, ya que al ignorar los principios puede resultar peligroso.
El
Emperador Amarillo preguntó a la muchacha Simplicidad: "Mis energías
vitales no están en armonía, y me encuentro melancólico y temeroso. ¿Que
puedo hacer?". La muchacha simplicidad contestó: "Toda decrepitud
humana`proviene del mal causado por las relaciones entre Yin y Yang. La
mujer que vence al hombre es como el agua (elemento Yin) que apaga el
fuego (elemento Yang). Pero, si sabes cómo proceder, el amor se
convierte en un crisol donde las esencias se mezclan y resultan
nutrientes. Por ello debes aprender los métodos del Yin y el Yang y
conocer sus delicias. Si lo ignoras, morirás temprano y tus placeres te
llevarán al desastre. No lo olvides".
LA MAGIA DEL CUERPO Y LAS PRÁCTICAS HETERODOXAS
El hombre está hecho de la imagen del universo. Su cuerpo está compuesto por diversos elementos, unos puros y sutiles, de naturaleza celestial, y otros rudos y pesados, de caracter terreno. El elemento más sutil es el espíritu transcendente, Shen, traducido por los misioneros como Dios. La parte ruda se encuentra en la quintaesencia, jing, palabra que, en el presente texto, suele tener el sentido de fluido seminal o vaginal. El arte de prolongar la vida consiste en intentar producir en uno mismo la semilla de la inmortalidad, combinando las esencias materiales y espirituales. Es lo que se denomina alquimia interna, o la búsqueda de una sustancia inmortal, prescindiendo de drogas o procedimientos alquímicos, y destilando los humores producidos por los órganos del cuerpo. La alquimia interna exige cierto número de prácticas fisiológicas, principalmente respiratorias, pero también gimnásticas, dietéticas y sexuales. Ninguna de éstas es útil si se practica de forma aislada, cada una de ellas está estrechamente relacionada con las demás.
Un
aspecto importante es la necesidad de preservar las esencias vitales de
uno mismo. La fuerza de la mente no debe ser disipada por pesamientos
frívolos provocados por deseos desordenados, ni malgastada por el goce
incontrolado del sexo. "No agobiar la mente, ni agitar la esencia", dijo
Zhuangzi (Chuang Tse), el filósofo taoísta de siglo III a. C. (...)
La
práctica sexual tiene dos objetivos simultáneos: debe nutrir el Yang en
detrimento del Yin, para aumentar la vitalidad. Debe asimismo atesorar e
incrementar la quintaesencia (el esperma) para que ésta se transmute, a
través de la química interna en Shen. Esta transformación se denomina "retorno del esperma", huang jing, por analogía con la expresión "retorno del cinabrio", huan dan, fórmula esencial de la preparación del elixir de la inmortalidad.(...)
LA MAGIA DEL CUERPO, LOS RITUALES ORGIÁSTICOS
La
tradición popular habla con frecuencia de nobles tiránicos que reunían
harenes para fortalecerse a expensas de jóvenes doncellas, o de héroes
que consiguieron vencer a las mujeres-vampiro con sus propias armas.
No
obstante, cabe recordar que el taoísmo no es sólo un movimiento de
individuos en pos de la inmortalidad que dispone de tiempo suficiente
para dedicarse a estas prácticas caras y complicadas. Es también, y
principalmente, una religión que afecta a toda China y que, a través de
sus rituales, templos y doctrina, proporciona la salvación a
innumerables almas creyentes. La religión taoísta como sistema
organizado data de los primeros años de nuestra era. Pero sus ritos,
organización y doctrina se basan en su mayoría en creencias de la
Antigüedad. Se trata de una religión popular, transformada y organizada.
Los antiguos festejos fueron, casi en su totalidad, absorbidos y
adaptados a la nueva religión de salvación. Y los placeres del sexo no
fueron excepción.
Sabemos
poco del taoísmo popular de los primeros siglos. Esta religión de masas
era nueva y revolucionaria. No sólo proponía la salvación, sino también
ideas sobre la sociedad terrenal que intentó mejorar. Se organizaban
rituales colectivos, durante los cuales los adeptos confesaban sus
pecados en público y los expiaban flagelándose. Otros rituales, que nos
conciernen aquí, consistían en ceremonias sexuales ordenadas hasta el
más mínimo detalle. Estas prácticas provocaron violentas críticas de los
no creyentes, los letrados y, más tarde, los budistas. Las ceremonias
sexuales taoístas, según uno de los críticos budistas, no eran sino
orgías , "donde hombres y mujeres copulan libremente, como animales".
Otro, convertido al taoísmo, da la siguiente descripción del ritual, al
que sólo asistían los iniciados:
Cuando
tenía veinte años , me gustaban las prácticas taoístas... La primera
provenía de "La Unión de muchachos y doncellas ", del Libro Amarillo.
Cuatro ojos, cuatro orificios nasales, dos bocas, dos lenguas, y cuatro
manos se unen para oponer Yin contra Yang... Los maridos deben
intercambiarse sus esposas: el placer sensual está por encima de todo.
Padres y hemanos mayores han perdido el pder de sonrojarse... Hay cosa
que no pueden ser descritas en detalle.
Naturalmente,
este tipo de ceremonia desapareció hace mucho. Ya en la época de esta
descripción, se efectuaban rodeadas de un halo de misterio. En los
siglos V y VI, empezó a haber reacciones, incluso dentro de los círculos
taoístas. La religión fue reformada a la imagen del budismo y los
sacerdotes organizados en comunidades monásticas. A partir de entonces,
la liturgia cambió y los antiguos festejos fueron eliminados. Es pura
casualidad que el canon taoísta de los Ming, el único que ha sido
preservado, contenga fragmentos de la liturgia del arriba mencionado
Libro Amarillo. El texto se titula "Ceremonia del Libro Amarillo para
pasar a la Otra Orilla".
El
Libro Amarillo era un libro talismánico que revelaba la estructura
secreta del universo, una especie de Mandala. Toda la ceremonia estaba
organizada en torno a las ideas de este plano cósmico. Los participante
debían ser iniciados y mayores de 18 años. Se desarrollaba en una
"Estancia Pura", celda cerrada que se reservaba para la meditación y los
ritos secretos, en los lugares sagrados del taoísmo. El objeto de la
ceremonia era el de "obtener vida", el perdón por los pecados, el cambio
de nombre del adepto en el Registro de los Muertos, del Cielo, y el
desarrollo de grandes familias. El término "pasar a la Otra Orilla"
significa que, tras la unión de Yin y Yang, uno cruza el río de la
existencia y llega a los dominios de los inmortales. Esta expresión se
sigue utilizando para las bodas, incluso hoy en día.
La
ceremonia se iniciaba con una larga preparación. Los participantes
debían purificarse mediante un retiro de varios días, antes de entrar en
la "Estancia Pura". La sesión estaba dirigida por un maestro que
presidía todo el rito. Éste empezaba por una invocación a los divinos
patriarcas taoístas, a quienes se anunciaba dicha ceremonia y cuya
presencia se solicitaba. Después, se realizaban diversos ejercicios
mentales para preparar el espíritu y evocar las divinidades cósmicas.
Las
parejas se colocaban frente a frente, se cogían las manos, entrelazando
los dedos, con el índice del hombre entre el índice y el medio de la
mujer. Mediante oraciones y meditación, evocaban a los mensajeros
divinos, que llevaban el anuncio de la ceremonia al cielo. Luego, se
concentraban en los dioses del cuerpo, los espíritus de la estación, del
día y la hora en que tenía lugar la ceremonia, y el sacerdote
pronunciaba una larga invocación. Una vez hecho esto, la pareja se
separaba y, cada uno por su lado, meditaba sobre los gestos eróticos y
las actitudes prescritas. A cada nueva fase seguía una invocación y una
oración. Finalmente, el maestro ordenaba a los adeptos que se desnudaran
y soltaran el pelo. Las parejas iniciaban una danza larga y lenta.
Primero de pie, luego sentados y finalmente tendidos, ejecutaban un gran
número de complicados movimientos que se desriben minuciosamente. Cada
posición, cada gesto, tenía su significado simbólico y su propia
orientación. Cada paso del hombre era imitado por el de la mujer, como
si de un espejo se tratara. Si el hombre levantaba su mano izquierda,
ella también. Lentamente, atravesaban las distintas fases, ejecutando
una danza cósmica, abrazándose unos a otros de manera que oponían
exactamene las distintas partes del cuerpo. Poco apoco, los movimientos
se aceleraban:"Quiero sacudir el Cielo y la Tierra", decía la oración.
Las parejas, tendidas, mantenían unidas sus manos, se colocaban uno
encima del otro, tocándose
mutuamente la cabeza, el pecho y el sexo. Cada movimiento se acompañaba
de ejercicios respiratorios. El hombre iniciaba entonces una serie de
movimientos llamados "guiarse por la mano". Posaba su mano junto al
pecho izquierdo de la mujer, acariciándole tres veces hacia la pierna,
diciendo, al mismo tiempo: "El Ser supremo de la Izquierda". Repite la
operación en el lado derecho, diciendo: "El Anciano Misterioso de la
Derecha". Luego , con su mano izquierda, la acaricia desde el cuello
hasta el sexo , diciendo: "Oh, Ser Supremo", y repite el movimiento con
la mano derecha. Con la misma mano, toca el sexo de la mujer por tres
veces. Coloca su mano sobre la puerta de la Vida (Genitalia), y
abre el Portal de Oro (la vulva). Con la mano derecha, coge su Tallo de
Jade (pene) y lo coloca sobre la Puerta de la Vida. Con la mano
izquierda, toca la cabeza de la mujer, mientras, con la derecha,
acaricia la Puerta de la Vida, diciendo: "El agua fluye hacia el este
(lado masculino), las nubes retornan hacia el oeste (lado femenino), el
Yin nutre las fuerzas del Yang, ¡cuán sutil es la esencia misteriosa!
Este líquido ascenderá hasta la Puerta Magistral (el cerebro)".
Acto seguido, el hombre pronuncia la oración siguiente: "El Muchacho
Sagrado mantiene el camino. La Hija de Jade le abre la puerta; unamos
nuestras esencias, que Yin me entregue su energía vital". La mujer reza
entonces: "De Yin y Yang proviene la creación, los Diez Mil seres
nacieron en abundancia. El Cielo (elemento masculino) cubre y la Tierra
(elemento femenino) soporta. Deseo llenar mi cuerpo de tu fuerza".
LA MÍSTICA DEL CUERPO, LA BODA DIVINA
Más de cien años después de la caída de los Han, encontraremos por vez primera un gran movimiento que declara que los textos y los manuales sobre el tema de la longevidad no deben ser entendidos en su sentido literal, sino de manera figurada y simbólica. "Las drogas que confieren inmortalidad deben de ser buscadas en el corazón" es uno de los preceptos de un libro, y característico de esta nueva idea. Éste movimiento, por lo que se sabe de él, fue iniciado por una secta de China central, a fines del siglo IV. Era una secta espiritualista, la primera de una serie que todavía perdura.
En las reuniones de esta escuela de Maoshan, los diose utilizaban la escritura automática o aparecían en visiones, en el transcurso de las sesiones. Algunos de los registros de estas revelaciones han sido preservados hasta nuestros días. Enre otras cosas, describen como Yang Xi, el principal medium de la secta, tuvo una importante visión, en una noche de otoño del año 365. En esa ocasión, recibió la visita de una gran diosa, la dama Zi Wei, que presentó a Yang Xi una de las doncellas de la corte. He aquí la descripción de esa doncella:
Llevaba una túnica transparente de colores rojo y verde, con bordados centelleantes. Rodeaba su talle una cinta verde esmeralda con pequeñas campanillas verdes y amarillas, cada una distinta de la otra. De su lado izquierdo pendía un colgante de jade, como los que hay en la tierra, pero más pequeño. Todas sus prendas relumbraban de tal manera que iluminaron la estancia, como un pedazo de mica bajo el sol. Su abundante pelo, hermosamente arreglado sobre sus sienes, era demasiado bello para ser descrito. Llevaba un moño en lo alto de la cabeza, y el resto de su pelo llegaba hasta más allá de su cintura. Llevaba anillos de oro y pulseras de perlas. Dos sirvientas la seguían, una vestida de rojo, que portaba una caja para el sello y un bolso e brocado en sus manos. Las sirvientas parecían tener diecisiete o dieciocho años y llevaban hermosas joyas. La joven diosa, así como sus sirvientas, tenían una cara radiante, luminosa como el jade, y emanaba un fragante perfume, como de exótico incienso.
Las diosas se colocaron en sus puestos. La diosa mayor se la presentó al recién llegado. Se llama Divina Concubina. La gran diosa preguntó entonces a Yang Xi si había visto alguna vez una mujer tan hermosa. Y, cuando él contestó respetusamente que los seres celestiales eran tan magníficos y refinados que nada se les podía comparar, la dama echó a reír diciendo: "¿Y que te parece, entonces?". Desconcertado y confuso, Yang Xi no supo qué responder. Las diosas compartieron entonces con el humano el fruto maravilloso que habían traído y, durante el banquete, se entretuvieron componiendo poemas. Inmediatamente después, la joven diosa preguntó a Yang Xi su fecha de nacimiento. Para el lector chino, todo queda claro: la intención de la dama Zi Wei es conceder la mano de su joven compañera a Yang Xi. Y eso fue lo que ocurrió a la mañana siguiente. Una vez concluida la unión entre el mortal y el hada, rodeado por numerosas divinidades descendidas del cielo para la ocasión, la joven diosa tomó la mano de Yuang Xi y le dijo: "Juntos cruzaremos el cielo de Jade, llevados por la cuádriga... y recogeremos el sagrado fruto del huerto divino". La boda de Yang Xi con una diosa es más que un suceso espiritualista. Para los taoístas de esta secta, esta unión marca el acceso de Yang Xi al rango de inmortal divino, así como su salvación. La unión entre Yin y Yang supera la separación entre cielo y tierra. La historia de Yang Xi es sólo un ejemplo entre miles de historias similares. La secta de Maoshan reconoció un gran número de patriarcas que fueron personajes más o menos históricos. Inventaron, obviamente gracias a la ayuda de médiums, innumerables leyendas sobre el tema. El banquete y la boda divina son siempre el eje de la historia. Este tipo de cuento de hadas inspiró todo un género literario de historias de caballería, cuyo tema central era siempre el encuentro entre un joven mortal y una o varias diosas. Este estilo se hizo muy popular durante la dinastía Tang y produjo numerosos escritos de caracter erótico. Nuestro objetivo es ver cómo la sabiduría popular se traduce en práctica religiosa. Una vez más, escasean los documentos, lo que no resulta sorprendente en esas circunstancias. El Canon taoísta tiene una pequeña sección titulada: "Fórmulas secretas del libro de la Diosa de la Alcoba Relumbrante, proveniente de la Secta de Maoshan". La terminología empleada es extremadamente oscura pero, afortunadamente, existe un comentario antiguo que esclarece muchas de estas dificultades. El texto empieza por una exortación al lector a no divulgar el contenido entre los no iniciados, seguida por una descripción de los métodos de la diosa:
Primeramente (por medio de la meditación se ha de fijar el sol o la luna, sol: día, luna: noche) y recordar que el adepto se encuentra en una estancia completamente cerrada; se ha de permitir que los rayos entren por la boca... el adepto podrá contemplar a una joven, sentada en actitud reverente, con sus manos juntas... es hermosa, su piel brilla como el jade. Lleva sobre su cabeza un adorno de fragantes flores de hibisco. Cubren su cuerpo un chaleco de rojo brocado y una amplia falda del color del cinabrio, y una cinta verde ciñe su talle (son ropajes de novia). La doncella se arrodilla y dice: "Soy tu amada, Hija del Jade, de las nubes del cinabrio, del misterio de los misterios. Mi nombre es Chan Xuan y me llaman Hada Secreta". La doncella abre su boca y exhala un aliento escarlata (color Yang). El aliento llega a la boca del adepto, que lo aspira, mientras contempla a la doncella. Así lo hace por nueve veces... guiando su aliento, por medio de su mente, hasta la puerta del destino (el sexo).
En este relato se encuentra todo el proceso erótico taoísta, a través de la meditación extática, técnica mental que se encuentra en la base de uno de los grandes movimientos religiosos y literarios de China.
LA LÍBIDO DE LOS MONJES
(...) Tras la dinastía Tang, floreció una disciplina religiosa que iba a dominar a todas las demás y renunciar a las prácticas materiales. Esta técnica estaba basada en la unión sexual, pero ésta sólo se desarrollaba en el interior del cuerpo del adepto, en la soledad de la Estancia de Meditación. Este nuevo procedimiento se basaba en los antiguos textos reinterpretados. El cuerpo humano, según esta teoría de alquimia interna, posee dos polos: el corazón y la zona lumbar y sexual. El primero corresponde al fuego y al Yang, y la segunda al agua y al Yin. No era ninguna novedad. No obstante, los monjes creían que el corazón no era sólo Yang. Era el cenit del Yang, momento en que, al llegar el ciclo a su fin, empezaba a declinar. El apogeo del Yang se convertía entonces en resurgir del Yin, que crecía a medida que el Yang disminuía. El corazón, por lo tanto, era esencialmente Yin y, consecuentemente, su correspondiente espíritu tomó forma femenina. Por otra parte, las partes inferiores se convertían en el foco de crecimiento del Yang, a partir del Yin, teoría que se simbolizaba convirtiendo esta zona en la morada de un divino muchacho. El resto está claro: la salvación y la inmortalidad dependen de la unión de la doncella -corazón- y del joven -zona lumbar-. Esta teoría iba aún más lejos, imaginando la morada de la casamentera (sin cuya ayuda ningún matrimonio podía realizarse en China), llamada Buena Esposa Amarilla (elemento de la tierra). Ésta se encontraba a una pulgada y media debajo del ombligo. Tenía el deber de unir a los amantes: el muchacho debía llegar a la morada de la doncella, el corazón, llamado la Residencia Roja, que hacía las funciones de alcoba nupcial. De esta unión nacería un embrión inmortal que, al crecer, reemplazaría gradualmente el cuerpo mortal. Llegamos al periodo Song. Como el budismo Chan (Zen, en japonés) de la época, el taoísmo se vuelve incomprensible a partir de los complicados textos. La nueva mística era interpretada a través de poemas y anécdotas. El personaje más famoso e interesante del momento era Lü Dongbin. Todas las escuelas modernas se basan en sus enseñanzas. Numerosas anécdotas se inspiraron en este santo semihistórico. Las descripciones varían: fue un joven literato, un mendigo, un hombre licencioso que dirigía burdeles, o un alegre barbero. Se le atribuyen numerosos poemas y protagoniza diversas obras literarias y teatrales, pero los libros taoístas tienen sus propias tradiciones relativas a este personaje. Lo describen como un individuo alegre y a través de sus anécdotas transmiten todas las enseñanzas del Sabio.
En Luoyang, se encontraba una cortesana llamada Yang Liu, que pasaba por ser la mujer más hermosa de la ciudad. Un monje taoísta frecuentaba su casa y le traía regalos, pero nunca yació con ella. Una noche, estando él borracho, la cortesana intentó seducirlo. El monje le dijo: "Yin y Yang copulan en mi cuerpo. Lo hacen como hombres y mujeres y su unión ya a dado fruto. Pronto daré a luz a un Niño: ¿como podría yacer contigo? Además, copular internamente es mucho más placentero que hacerlo externamente".
Con estas palabras, el monje, que no era otro que Lü Dongbin, desapareció. Éste es el antiguo ideal del Perfecto Estado, la armonía de las energías vitales en el plano espiritual, llevada a sus últimas consecuencias. De esta manera, el taoísta se libera de toda dependencia externa: alimenticia, física y sexual. La alegoría utilizada en esta especulación mística trata de desconcertarnos y sorprendernos para dejarnos una profunda impresión. Las fantasias surgidas de la meditación igualan a la realidad. Éste es un rasgo característico de todo el pensamiento y el arte de China. Los rollos, por ejemplo, originálmente pintados por los taoístas, permiten al espectador realizar un viaje místico por un paisaje de ensueño creado según las reglas del universo e infinitamente más perfecto que cualquier paisaje real. Visitar el mundo entero sin abandonar la estancia es el ideal de los taoístas de todos los tiempos, así como la base de toda la fantasmagoría mística. Un poeta taoísta lo explica así:
La Doncella y el Muchacho son meras imágenes.
La Buena Esposa Amarilla es sólo fantasía.
Trepo por montes y riscos, en un mundo sin fin.
Entre cuatro paredes alcanzo todas las cosas.
La Buena Esposa Amarilla es sólo fantasía.
Trepo por montes y riscos, en un mundo sin fin.
Entre cuatro paredes alcanzo todas las cosas.
Las
delicias de la meditación erótica (los adeptos tiene el pene erecto)
son tales que cualquier otra técnica es rechazada. La condena de las
prácticas externas se extiende a menudo a las mujeres. La búsqueda del
amor sublime manteniendo un completo autocontrol implica a menudo una
misoginia sádica en las relaciones ordinarias. Las ilustraciones
populares del infierno taoísta lo demuestran: una hermosa mujercita es
golpeada con cachiporra por un demonio burlón, por supuesto adulterio.
En otra ilustración, las mujeres son atadas y descuartizadas, etc.
Despojadas de toda responsabilidad, se les venda los pies, se las
encierra en gineceos y se las expulsa de la jerarquía taoísta. Se
convierten en personificación del sexo, en criaturas pérfidas y
abominables. Un poema de Lu Yan lo explica claramente.
Hermosa es la dulce doncella
Rebosante de gozosas promesas.
Más la espada de doble filo
Amenaza entre sus piernas.
Fatal es el sino del hombre necio.
No rodará cabeza alguna.
Sus mandobles son secretos.
De los huesos del hombre extrae la médula.
Rebosante de gozosas promesas.
Más la espada de doble filo
Amenaza entre sus piernas.
Fatal es el sino del hombre necio.
No rodará cabeza alguna.
Sus mandobles son secretos.
De los huesos del hombre extrae la médula.
Estos
versos son famosos en China. Pero más aún lo son los de Lü Dongbin,
citados al principio de la larga novela erótica Jin Ping mei:
La puerta por la que vine al mundo
Es también la puerta de la muerte.
Es también la puerta de la muerte.
No
obstante sería erróneo achacar estas tendencias sádicas al taoísmo
moderno. Debe hacerse justicia al misticismo de los monjes, reconociendo
el valor intrínseco de su sistema. Todas esas teorías y alegorías
elaboradas contienen un bello objetivo: la armonía por encima del
profundo cisma del hombre, reconocido por todas las civilizaciones: la
oposición entre el amor espiritual y el físico, o la división del ser
humano en dos partes, por encima y por debajo de la cintura. El
matrimonio místico interno pretende elevar el sexo más allá del nivel
del cuerpo, para realizar la perfecta unión entre la materia y el
espíritu, lo que garantiza la libertad a través de amor.
Se cierra esta entrada con unas palabras extraídas del Tai I Gin Hua Dsung Dschï, "El
secreto de la flor de Oro", en cuyo texto encontramos un auténtico
tratado alquímico. Fue transmitido orálmente en su origen y luego
manuscrito por un círculo esotérico de China. Su primera impresión data
del siglo XVIII.
"Cuando
la perla del Elixir de Vida está lista, puede formarse el embrión
santo; entonces el Trabajo debe dirigirse al calentamiento y nutrición
del embrión espiritual. Éste es el metodo de la conclusión. Si
entonces está formado acabadamente el cuerpo de fuerza del Niño, se debe
dirigir el Trabajo de manera que el embrión nazca y retorne a lo vacío.
Éste es el metodo de soltar la mano. Desde los tiempos más
remotos hasta hoy, ésas no son palabras vacías, sino la sucesión del
Gran Sentido en el método real para producir un espíritu inmortal y un
hombre santo y eternamente viviente. Pero si el Trabajo ha prosperado
hasta aquí, todo lo perteneciente al principio oscuro está consumido
enteramente y el cuerpo nace a lo luminoso puro. Si el espíritu
consciente se ha transformado en el espíritu primordial, sólo entonces
puede decirse que ha llegado a sextuple genio de oro presente. Si no se
aplica este método de ennoblecimiento, ¿cómo se quiere entonces eludir
el camino del nacer y morir?"origen articulo: http://barzaj-jan.blogspot.com.es/search/label/China